Hay cosas absurdas en este mundo, sin duda alguna, y una nota que viene de un ranchito de nombre Buncombe, en Carolina del Norte, ilustra bastante bien este hecho.
Antonio Hern�ndez Carranza estuvo cuatro d�as en el tanque de la polic�a local. Se dedica a limpiar alfombras en Carson, Califas, y tiene una hermana en Tennessee, que es bien ducha para hacer tamales, y don Antonio decidi� que sus tamales bien val�an la pena hacerle una visita.
Manej� durante tres d�as y cuando no pudo m�s del cansancio se hizo a un lado de la carretera I-240 para echarse una pesta�ita. Ah� lo sorprendi� la polic�a, y se acercaron a �l para decirle que no pod�a quedarse a dormir. Antonio se puso al volante de inmediato y arranc� para seguir su viaje o encontrar otro lugar donde seguir durmiendo.
Esto no le hizo gracia a la polic�a, que decidi� arrestarlo y revisarle el coche, y ponerle cargos legales, por lo que lo arrestaron por "presunta posesi�n de drogas, manejar ebrio e ignorar las �rdenes de detenerse". En una carta "aclaratoria" del sherife Van Duncan: "Nos preocup� su comportamiento extra�o, no respond�a a �rdenes verbales, tuvimos que detenerlo. Un perro sabueso detect� la presencia de una sustancia extra�a, que luego dio positiva por tres diferentes pruebas pero por la cantidad de la masa encontrada, enviamos una muestra al laboratorio de la Agencia Estatal de Investigaci�n".
Tambi�n a Antonio le hicieron varias pruebas, de alcoholismo y drogas, y todas resultaron negativas.
Y lo que al perro le llam� la atenci�n fue que Antonio llevaba harina para tamales, camarones y queso michoacano para festejar su reencuentro con su hermana. A la mejor el perro aull� por los camarones o por el queso, pero los polic�as se fijaron en la harina, que creyeron que era coca�na.
Antonio est� libre, y ojala haya tenido chance de comerse sus tamalitos, pero varios grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes exigen que el sheriff Van Duncan se disculpe por la arbitrariedad cometida.
La Lana y el Racismo
En otro caso que a mi me suena absurdo, el veterinario mexicano Jos� Alberto Hern�ndez fue arrestado en su trabajo, la Sociedad Humana de Laguna Madre, en Texas, uno de esos grupos que se encarga de cuidar a las mascotas abandonadas y dar servicios veterinarios gratuitos a los due�os pobre de gatos y perros.
La falta cometida por Hern�ndez es haber operado un par de animales mientras la veterinaria de planta estaba ausente por maternidad.
El jefe de polic�a acus� a Hern�ndez de practicar su profesi�n sin tener licencia en Estados Unidos. "Estaba operando animales. Despu�s de arrestarlo comprobamos que no tiene licencia y no est� certificado por el estado de Texas".
Lo peor de todo es la reacci�n a la noticia. De manera an�nima, alguien escribe como comentario en Internet: "Un mexicano se presenta con una supuesta licencia mexicana de veterinario y el condado lo contrata aunque la licencia no sea v�lida en Estados Unidos. Y no solamente hace operaciones, sino que prescribe medicinas, para lo cual se requiere una licencia de la DEA (Administraci�n de Cumplimiento de Drogas � medicinas), que tampoco tiene porque no tiene licencia para practicar en Estados Unidos. �Qu� mierda!".
Evidentemente, el indignado comentario va mucho m�s all� de lo que aparenta. Primero, se�ala la nacionalidad del acusado. Pudiendo decir "una persona", remarca "un mexicano". Luego, duda de la validez de su documento profesional diciendo "una supuesta licencia". Despu�s remarca que hay un doble delito, no solamente operar sino "prescribir medicinas". Y de remate, implica que era empleado municipal, lo cual es falso pero le agrega peso a sus argumentos.
En el fondo, ambos arrestos son absurdos. En el primer caso, por la sospecha de que un mexicano lleva un kilo de coca�na en un paquete de harina para tamales, junto al queso michoacano y los camarones. En el segundo, porque los estudios para los t�tulos profesionales mexicanos cuestan muy poco comparados con los gringos, y eso lleva a que no sean reconocidos de este lado, porque acabar�an con el ultramillonario negocio de la "educaci�n".
A mi se me hace que el conocimiento es el conocimiento, con licencia o sin licencia, en ingl�s o en espa�ol, y para el caso, los pacientes de Hern�ndez no creo que disputen sus procedimientos. Y despu�s de operados necesitan medicinas.
Pero en vez de discutir esto en Internet, los gringos se lanzan a ataques sospechosistas y racistas. Eso, yo creo, causa m�s da�o que operar un perro y dos gatos. Eso da�a a toda nuestra comunidad inmigrante.
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Contacto Jorge M�jica Murias at mexicodelnorte@yahoo.com.mx
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